Desayunamos sin prisas, ya que era nuestro último día en Marruecos. Tenía muchas ganas de volver, ya llevábamos 16 días y sinceramente necesitaba estar en mi casa, ver a mis seres queridos y rodearme de mis cosas, Marruecos me resultó por momentos demasiado intenso, y en ocasiones los diferentes museos o palacios repetitivos, a pesar de ser diferentes ciudades o edificios.
Es fácil encontrarse con alguna feria, sobre todo en verano. Nosotros nos encontramos con una en un descampado, nuestro conductor Ibrahim lo sabía y nos llevó para que lo viéramos, y la verdad es que salvando las distancias, tampoco son tan distintas de las ferias medievales españolas, que se han puesto tanto de moda.
Me sorprendió ver a los tractores arrastrando remolques llenos de gente como si de una cabalgata se tratase, en algunos habían músicos tocando y cantando delante, al comienzo.
También habían carpas que protegían del sol, donde habían una especie de restaurantes con sus mesas y sillas, con las piezas de carne colgadas en la mitad; claro cuando se hace a la parrilla, cualquier parásito, germen, bacteria… se achicharra, las brasas la mata, tal y como se ha hecho desde la antigüedad…
Al principio del camino habían varios tenderetes con ropa usada, pero no estaba amontanda, se veía cada pieza perfectamente. Creí que estaba a la venta también, pero resultó que no, que eran prendas encontradas a la espera que en alguna feria apareciera su dueño, no estaban a la venta.
También habían muchos caballos, era evidente que esta zona aparte de ser más verde y tener campos de cultivo, también era mucho más rica, era evidente por los tractores y caballos, no vi burritos.
Después continuamos camino hasta la frontera e hicimos una breve parada en Tetuán, de la que vimos prácticamente nada porque se había hecho algo tarde. Continuamos camino, y a unos pocos kilómetros antes de llegar a la frontera, nos detuvimos en un bar para tomar el último te juntos.
Entre risas recordamos las anécdotas vividas durante el viaje y nos deseamos mutuamente los mejores deseos. Después de pagar el te, llegó el momento de darles la propina. Era algo que sabíamos desde el principio, ya nos informó la chica de la agencia, no estábamos obligados a darles nada pero era costumbre en su cultura que si al final del viaje estábamos contentos les diéramos una buena propina.
Normalmente estos momentos suelen ser agridulces, no fue nuestro caso, queríamos volver a casa. Por la cara que pusieron era evidente que la propina era más de lo que esperaban, y por supuesto bien merecido porque hicimos bastante más de lo que había en el programa. A continuación subimos al coche y poco después llegamos a la frontera y la despedida fue corta, un saludo con la mano acompañado de una sonrisa de oreja a oreja, y los vimos irse dirección Marrakech.
Después rellenamos los papeles de entrada con mi boli, y tras cruzar la frontera y ya en España, cogimos el autobús que nos llevó hasta al puerto, una vez allí compramos los billetes con la primera compañía que salía hacia Algeciras, dejando para otra ocasión el conocer Ceuta.
Sabía que las aguas del estrecho son bravas, pero sinceramente no me esperaba tanto bote, eso que me dijeron que ese día no había mala mar.
¡Lo que tiene que ser cruzar con mala mar!
Ya en la península, en España era inevitable volver la vista hacia atrás y la gran aventura ya vivida por Marruecos, en la que pasé primero unos días en Marrakech y una noche en Essaouira, para después volver a Marrakech y desde allí dirigirse hacia el Gran Sur con un guía y un conductor experimentado en un 4×4.
Fuimos hasta las puertas del enigmático Sahara, cruzando el Atlas, pasando por ciudades amuralladas hacia la Ruta de las 1000 Kasbahs en dirección a Zagora. Pasamos por desiertos, oasis e increíbles parajes, por la ciudad del cine, por aldeas, pueblos y grandes ciudades. Para después subir hasta la misma frontera con Ceuta, pasando por aldeas, pueblos y grandes ciudades como Fez, Meknés y Chefchauen.Pasamos un total de 16 días en Marruecos.
El Sur de Marruecos es mucho más rural que el Norte. Es famoso por la hospitalidad, donde las personas se desplazan en burro y donde se hacen realidad los tópicos sobre Marruecos….
Aquí dejo los enlaces de nuestro viaje por Marruecos
El primer contacto con Marruecos
Los Jardines de la Menara, Marrakech
Las Tumbas Saadíes
El Palacio de la Bahía, Marrakech
El Jardín Majorelle de Marrakech
Paseo por Marrakech y una gran cena en Al Fassia
Las Cascadas de Ouzoud
Bajo el Puente Natural de Imi n’Ifri
Visitar el Palacio el-Badia de Marrakech
La curtiduría de Marrakech
La Koutoubia
La Madrasa Ben Youssef, Marrakech
El Museo de Marrakech
Fui al hamman en Marrakech
Esauira enigmática
¡Hacia la ruta de las 1000 Kasbahs!
La Kasbah Telouet o Glaouí
Ait Benhadeut
La Kasbah Taurit en Ourzazate
La Kasbah Amridil, en el oasis de Skoura
El valle de la rosas
Visitamos una familia de nómadas
El valle de Dades
Cruzar el Jabel Saghro
Valle del Draa
Zagora, a las puertas del Sahara
Tamegroute, su biblioteca y su ksar
El desierto negro y el fosilizado mar de ammonites y orthoceras
La dunas de Merzouga
Rissani
Las Gargantas de Todra y su valle
Los oasis y los khettaras
Imilchil, cruzando el Gran Atlas
Ifrane y el bosque de cedros
La ciudad imperial Meknés
Las ruinas romanas de Volubilis
Un paseo por la medina de Fez
La curtiduría de Fez
La madrasa de Bou Inania de Fez
Chefchaouen, la ciudad azul
Conclusiones después de la visita
Todo viaje es un desafío si es una cultura tan diferente a la nuestra, y además fueron muchos días de viaje… La diversión está más que asegurada… la capacidad de adaptación a las diferentes situaciones que vayan surgiendo. Y en este viaje todos los días surgían varias.
Los que hemos hecho viajes largos de más de una semana, sabemos que lo ideal es pasar cuatro o cinco días en cada viaje, porque no te llegas a cansar del destino escogido y se queda el gusanillo de querer más, con los deseos de volver.
Cuando se pasa más de siete días, se suele ir viviendo diferentes etapas emocionales, en las que pasas a estar hasta las narices de todo al quinto o sexto día… y superada esta etapa, al séptimo o noveno día…. se pasada por otra etapa en la que quieres quedarte un poco más de tiempo y vuelta a empezar…. Lo que sí que está claro es que la vida del viajero es muy dura, no todo el mundo lleva bien que le saquen de su zona de confort, aunque crea que sí.
NOTAS VIAJERAS
El papel para rellenar con los datos personales de entrada a España es gratuito en el puesto de aduana, si se lo cogemos a las personas que están en la calle ofreciéndolo, les tendremos que dar dinero por ello.
Con el guía no he perdido el contacto, de vez en cuando hablamos y por supuesto lo recomiendo.
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2 comentarios
Nosotros, hemos hecho el viaje en dirección contraria a vosotros. Una pareja con dos niñas de 4 y 6 años en autocaravana, y que estan contando los días que faltan para poder volver a Marruecos.
Las niñas han venido encantadas, los padres enamorados del país y recomendando, a todo aquel que tenga la mente abierta, lo visite.
La seguridad es absoluta, y los sitios que ver, incontables. Hemos pasado 18 maravillosos días. Nos hemos alojado casi siempre en la autocaravana en campings, porque los precios, no tienen nada que ver con España.
Hemos comido en restaurantes que nos hacían la carne comprada en el puesto de al lado. Nos preparo nuestro guía del desierto, Hamid, una pizza bereber, cojonuda. La madre de una amiga, nos hizo un cous-cous, que nos hizo comprender por que solo lo preparan los viernes.
Comprendimos porque el que va, sabiendo que hay mucha diferencia cultural, esta encantado y quiere volver. Los marroquis, como casi todas las personas en el mundo que hemos conocido, solo quieren vivir lo mejor posible acorde a su creencia.
Lo mejor de poder viajar, es aprender que las personas a lo largo de todo el mundo, buscamos lo mismo, y solo unos pocos la encontramos. La felicidad de conocer y disfrutar con los demas seres humanos.
Gracias de nuevo por la bitacora.
Laister arte. Agur
Autor
Muchas gracias Iñigo, por vuestra aportación y animar a otras familias a que visiten Marruecos.
Un abrazo a los cuatro y felices viajes.
Carmen