Es un poco lioso encontrar información sobre la mezquita Kutubía en la preparación del viaje porque, según la fuente donde se mire, su nombre varía por el de Kutubía, Koutoubia, Kutubiya, Kutubiah, Jami ‘al Kutubiah o Kutubiyyin. ¡Todos los nombres se refieren a la Kutubía!
La Kutubía está rodeada de parques, es fácil llegar a ella porque en sus cercanías hay varias paradas de autobús y taxis, y además una de las arterias principales de Marrakech, la avenida Mohamed V, pasa por su lado. También está muy cerca de la famosa plaza Jamaa el Fna, que es Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, y al oeste de la Medina, de hecho… casi todas las visitas a la medina empiezan y/o terminan en esta plaza o cerca, en la Gran Plaza (Jamaa el Fna).
También sabrás sobre la Kutubía y sus alrededores (los no-musulmanes no pueden acceder al interior) como parada obligatoria de un tour por el centro de la ciudad. Te dejo aquí un enlace para reservar una de las más recomendadas. A través de él contribuyes al mantenimiento de mi blog y no tiene ningún coste adicional para ti:
En el Parque Arset El Bilk se va a hacer la turistada (yo la hice, ver aquí) y contratar una calesa para ver la murallas y sus bonitas puertas; es algo típico que la gran mayoría no podemos resistirnos en hacer… Por lo que vi, los animales están bien cuidados y estas personas con sus familias viven de ello.
Está totalmente prohibido construir edificios más altos que la Kutubía, por lo tanto al minarete se le llama «el techo de Marrakech», pues es visible casi desde cualquier punto de la ciudad.
De hecho la mejor manera de orientarse en las laberínticas calles del zoco es tener como referencia la Kutubía.
Se ha de tener en cuenta que las mezquitas de Marruecos no se pueden visitar por dentro como en Estambul, en Marruecos está prohibido la entrada a los no musulmanes, por lo tanto, si no se es musulmán no podrás entrar a verla, ni esta, ni ninguna otra en Marruecos.
Un poquito de historia de la Kutubía

Desobedeciendo cualquier consejo médico de no beber agua que no esté embotellada… No pude evitar hacer la turistada del día y beber el agua del estrambótico aguador, que sabía un poco a metal.
Las obras de la mezquita Kutubía se iniciaron en 1147 por el califa almohade Abd al Mu-min para celebrar su victoria sobre los almorávides, según las crónicas. Convirtiéndose en el 1158, cuando se terminó, en una de las mayores la mezquitas del mundo islámico.
Se la llamó Kutubía porque en el momento de su creación estaba en la zona de los libreros, donde estaban los escribanos y se vendían manuscritos y libros. «Kutub» en árabe significa libro, de hecho frente al parque hay todavía algún puesto de libros.
Recordar que antiguamente, en la Edad Media, los barrios se dividían por gremios (oficios), y el visitante tiene la impresión de que desde entonces, afortunadamente, Marrakech no ha cambiado mucho, sigue siendo una ciudad de artesanos y de ahí su encanto…
En uno de los laterales de la gran explanada de la mezquita, llama la atención unas filas de bases de columnas en el suelo, son los cimientos de la antigua mezquita que se derribó o no se terminó de construir porque no estaba bien orientada a la Meca.
En la zona de la vieja mezquita es donde rezan las mujeres en el Ramadán. Por increíble que parezca a l@s occidentales, las mujeres y hombres no pueden rezar juntos en las mezquitas o lugares públicos, salvo que sea en el propio hogar.
La visita a la Kutubía
En un lugar destacado, en un extremo de la explanada, está el mausoleo de Fátima Zohra, un edificio blanco que sorprende por estar dedicado a una mujer, en una sociedad en la que da la impresión que no se las tiene muy en cuenta.

El minarete de la Mezquita Kutubía y Kubba Fatima Zohra (edificio blanco) visto desde la avenida Mohamed V.
Fátima Zohra, también es conocida por Lalla Zohra el Kouch, fue enterrada aquí en el siglo XVIII. La leyenda dice esta mujer que ayuda a los pobres y hacía milagros en la ciudad. Que por el día era mujer y por la noche se convertía en paloma.
No están muy claros los orígenes de la santa, porque hay varias versiones. La más difundida es que fue hija de un Imán que se convirtió al islam después de ser liberado. Otra versión es que era de la realeza, de una dinastía almohade. Lo cierto es que es muy venerada, sobre todo por las mujeres.
La altura del minarete de la Mezquita Kutubía es de 70 metros, cinco veces su anchura, siguiendo los patrones de las construcciones almohades.
Al minarete se sube por una rampa interior, y está considerado una obra maestra de la arquitectura islámica. Sirvió de modelo o inspiración para la Giralda de Sevilla en España, y para la Torrre Hassan de Rabat, es por ello que dicen que son las hermanas de la mezquita Kutubía.
En la parte de atrás se encuentra lo que los marroquís llaman un jardín, un patio con arboles frutales, mayoritariamente de naranjos, y una fuente en el centro.
Aunque el interior de la Kutubía no lo puede ver por estar prohibida para los no musulmanes, se sabe que tiene 16 salas y que caben 20.000 fieles. Lo que si se puede ver es el exterior y los jardines que la rodean.
Pasé por delante de la Kutubía un montón de veces, porque está en el trayecto a la plaza Jemaa el Fna y al zoco. Te dejo aquí otras opciones para conocer Marrrakech, no tiene un coste adicional para ti y con ello estarás contribuyendo al mantenimiento de mi blog:
Deseo haberte hecho pasar un rato agradable de lectura y haberte trasladado desde el sofá. Si quieres hacer algún comentario o aportación, será bienvenido.
¡Gracias y felices viajes!
NOTAS VIAJERAS
¡¡¡OJO!!! Con los grupos de niños que por las noches rondan entre la Kutubía y la Gran Plaza, se te acercan descaradamente para que les compres algo y empiezan a toquetearte para despistar, mientras otro crío del grupo te intenta robar, incluso delante de la policía… no se cortan nada.
En la Kutubía y alrededores suelen haber aguadores vestidos con sus trajes tradicionales, si les haces una foto te pedirán dinero, viven del turismo.
¡IMPORTANTE! Antes de contratar cualquier servicio o excursión hay que negociar siempre el precio y su duración (y la moneda, no es lo mismo negociar en euros que en dirhams), para no llevarse una desagradable sorpresa al terminar la actividad con el precio a pagar.
Encuentra tu alojamiento en Marrakech:
Booking.com