Entre risas disfrutando del paseo en la calesa, llegamos al Jardín Majorelle en la Avenida Yacoub El Mansour.
La entrada es de pago, no está incluida la del museo del interior, que se paga aparte en el museo.
Se pueden comprar solo la entrada al jardín, o combinadas con el museo bereber, o y el museo de Yves Saint Laurent. Este último museo, se encuentra fuera del recinto es conveniente dejarlo para el principio o final de la visita, porque si se entra al jardín cuando se sale de él, para visitar el museo de Yves Saint Laurent, después no te dejaran volver a entrar al disfrutar del jardín.
También puedes reservar una excursión incluyendo recogida en el hotel, transporte y tickets de entrada al Jardín Majorelle, el Museo Bereber y una sorpresa más. Sin tener que hacer colas. Te dejo aquí un enlace para reservarla contribuyendo además al mantenimiento de mi blog y sin ningún coste adicional para ti:
Los jardines están cerca de la estación de autobuses, lejos del centro y de la medina, y muy cerca del famoso Palmeraire. En la agencia nos dijeron que como nosotros íbamos días más tarde al sur de Marruecos, que mejor no fuéramos, de lo contrario es una buena opción para hacerse una idea de lo que se ve en los oasis.
Todas las guías turísticas recomiendan la visita a los jardines Majorelle.
Jacques Majorelle, pintor francés, se instaló en Marrakech en 1917 y se construyó una villa con su hermoso jardín diseñados por él, también decoró y pintó las puertas y los azulejos.
Lo que visita el viajero es el jardín, la villa es privada.
La villa la compró más tarde el modisto francés Yves Saint Laurent.
Después de pagar la entrada, me dio la sensación de que sólo la pueden pagar los turistas, de hecho sólo vi a turistas, el precio de la entrada era como unas cinco veces lo que costaban las entradas a los museos que visitamos por la mañana.
Al entrar en los Jardines Majorelle, se siente el frescor que desprenden las plantas y sus fuentes, pero sobre todo lo limpio que estaba el suelo y todo en general.
Abundan el bambú, los cactus enormes, las palmeras altísimas, los helechos gigantes.
Al museo, sólo entre yo, me pareció interesante, pero como los carteles no están en español, me enteré de poco y además no permiten hacer fotos.
En el jardín hay bancos que invitan a sentarse, a relajarse y escuchar el canto de los pájaros.
Después de la visita regresamos a la calesa y continuamos el paseo bordeando la muralla.
Casi sin darnos cuenta llegamos a la puerta de nuestro hotel. Ese día teníamos previsto ir a un restaurante de comida típica marroquí: Al Fassia, pero eso te lo cuento en la siguiente entrada.
Te dejo aquí otras opciones para conocer Marrrakech, no tiene un coste adicional para ti y con ello estarás contribuyendo al mantenimiento de mi blog:
Deseo haberte hecho pasar un rato agradable de lectura y si quieres hacer algún comentario o aportación, será bienvenido.
¡Gracias y felices viajes!
NOTAS VIAJERAS
Los precios de los museos están marcados en las entradas, y referente a los taxistas, nos cobraron en los desplazamientos justo lo que nos dijeron en la agencia. Es una buena opción para desplazarse.
El el museo bereber, no se pueden hacer fotos.
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