Imilchil está a 120 km de las Gargantas de Todra, en el bonito valle Assif Mellou situado en el altiplano del Alto Atlas. En Imilchil vive la tribu bereber seminómada de Ait Hdiddou, a 2200 metros de altitud.
Está lejos de casi todo, quien va a Imilchil es porque va allí, ya que no viene de paso para ir a ningún otro sitio, en invierno se suele quedar aislada con unas condiciones climatológicas durillas, llegando en invierno a tener hasta -15 grados centígrados.
El interés turístico de Imilchil son las bodas que se celebran cada año después de la cosecha, en el mes de setiembre, en las que muchas de tribus bereberes se reúnen (mujeres y hombres) desde todo Marruecos, y donde los solter@s o divorciad@s buscan compañer@ para casarse.
Las bodas de Imilchil son comunitarias, de todas las edades. La UNESCO las ha declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El paisaje nada tenía que ver con el de la semana anterior, aquí ya no habían palmeras y hacía una temperatura muy agradable en pleno verano.
El desierto dio paso al valle, pasamos por pueblos de adobe (ksour). Y poco a poco fuimos subiendo y el terreno se volvió pedregoso y con pastos, donde vimos algunos pastores que estaban solos cuidando de su pequeños rebaños.
Después el Atlas con sus ondulaciones de colores rojizos y marrones, con uno de los más famosos cuatro mil: el Toubkal, situado al sur de Marrakech, tan apreciado por los alpinistas de todo el mundo.
El camino a Imilchil fue por pista y una gozada. Nos cruzamos con pastores y nos sorprendió que unos niños corrieron despavoridos al ver el 4×4, era evidente que tenían miedo y también nos sucedió todo lo contrario, niñas que al vernos venían corriendo para que les diéramos algo.
Más de una de esas niñas iba descalza o con los zapatos rotos por el pedregal, era más que evidente que eran muchas las necesidades de aquellas personas.
En Marruecos hay tres etnias: en el sur están los tuaregs, la menos numerosa, los árabes, y la más numerosa los bereberes, muchos de ellos viven en las montañas y son nómadas o seminómadas. Paradojícamente es la más desfavorecida, muchas de estas tribus viven en peores condiciones, de pobreza.
Hay ONG que ayudan a estas personas a mejorar sus duras condiciones de vida.
Paramos en mitad de una colina y un grupo de niñas corrieron hacia nosotros. En esta zona era evidente la dureza de la vida y que la gente era muy pobre.
Las niñas me pedían champú y mirándoles el pelo era evidente el porqué, lo único que tenía a mano eran una caja de caramelos que empecé a repartir y las manos no se acababan… se multiplicaban. Se los guardaban y volvían a poner la mano hasta que se terminaron.
Compartimos muchas risas y con eso es con lo que me quedo, con aquel bonito momento en los que nos mirábamos a los ojos y nos reíamos.
Continuamos viaje a Imilchil e hicimos una pequeña parada en el Lago Tisilit por la tarde, con un cielo tal como delata el azul intenso. El lago es muy profundo y además frío, hay que tener mucho cuidado con el baño. El aire era frío y nos quedamos helados. Después de un ratito continuamos camino hacia el famoso pueblo de las bodas.
Las bodas de Imilchil (El moussem)
No hay forma de poder planificar con antelación la asistencia a las bodas, porque las fechas varían dependiendo de cada año.
Imilchil tiene también su leyenda, en la que dos jóvenes de tribus enemigas se enamoran y ante la imposibilidad de estar juntos, lloraron y lloraron de amargura y las lágrimas derramadas se convierten en dos lagos, el Lago Tislit (significa Novio) y el Lago Isli (significa Novia). Cuenta la leyenda que finalmente se quitaron la vida, algunos dicen que sea ahogaron en el lago y otros que se tiraron al vacío.
Como homenaje a los dos enamorados desde entonces sus respectivas familias se reunían allí para recordarlos, y empezaron a celebrarse las bodas.
En el Marruecos más tradicional de hoy en día, muchas parejas viven un verdadero drama, porque sus respectivas familias no permiten la relación.
La realidad de las bodas es que durante el protectorado francés, para tener un control de la población (censo), se bonifican los casamientos y así se podía saber el número de personas que habían, tener un censo.
En realidad las bodas se celebran en Aït Haddou Ameur, a 20 km de Imilchil, cerca de un santuario donde está el santón llamado Sidi Ahmed ou Mghanni. Allí se montan las carpas donde hay todos los servicios que el visitante pueda necesitar. ¡Ojo que también van ladrones!
Durante tres días hombres y mujeres bereberes, solter@s, divorciad@s o viud@s, llegados desde todo Marruecos buscando pareja. El viernes empieza el mercado y los cortejos. El sábado es el día de las bodas, con las firmas de los novios que el Ministerio de Turismo les bonifica. También hay espectáculo folklórico y discursos de los representantes y autoridades. Y el domingo finaliza. Las agencias de viajes cada vez lo ofertan más y está perdiendo su autenticidad, pero bueno, eso forma parte del progreso.
En la práctica muchas de estas bodas son acordadas con anterioridad por las familias, en otras ocasiones no es así, se supone que los novios son libres para escoger pareja y si los novios que acaban de conocerse, están de acuerdo, se casan. Muchas de las parejas de novios, se conocen durante la fiesta, se comprometen y se casan al año siguiente. Pero la gran mayoría, a pesar de que se acuerda la boda, se casan unos días después en sus respectivas aldeas.
Y si la boda no funciona, no pasa nada, vuelven con sus familias de origen, no está mal visto entre los bereberes el estar divorciado, al contrario que con los árabes que pueden tener cuatro mujeres y está muy mal visto divorciarse. El pueblo bereber es monógamo y si se desea se puede buscar pareja al año siguiente.
Además de ser un centro de reunión y de fiesta, aquí se compran las provisiones para pasar el duro invierno, como ganado, ropa, etc.
La visita a Imilchil
Llegamos a media tarde, ya habían empezado los preparativos de las famosas bodas. No me sentí muy a gusto, aún menos cómoda para realizar fotos de recuerdo al pueblo. En la calle solo habían hombres paseando o sentados en los cafés de la calle principal. Ninguno de ellos nos sonrió.
Éramos el centro de todas las miradas, no es que fueran intimidatorias pero tampoco lo eran de bienvenida, era evidente que ninguno de los hombres que nos cruzamos le agradaba nuestra presencia, éramos conscientes de que estábamos en el Marruecos más profundo, el más tradicional y en unos días se iban a celebra las bodas. Parece ser que les hace muy poca gracia que asistan cada vez más turistas, no sabremos nunca si en otras condiciones, las cosas hubiesen cambiado o no…. tal vez no.
Decidimos hacer un poco de tiempo hasta la hora de la cena en el Hotel Izlane y tomamos un té en un bar, que parecía más o menos limpio. Cuando fuimos a sentarnos en las butacas…. tenían unos lamparones desde los tiempos de María Castaña. ¡Que horror! Pedían urgentemente una buena limpieza. Afortunadamente, los vasos y la mesa estaban muy limpios. Nos sentamos casi en el borde la verdad, no lo hicimos muy largo, en cuanto nos terminamos el te, nos fuimos al hotel.
La cena del Hotel Izlane fue una de las mejores de todo el viaje. Por la noche hacía frío y nos tapamos con manta hasta las orejas. A la mañana siguiente después de desayunar, nos fuimos.
Poco después de salir del Hotel Izlane paramos en el Lago de Isli, estuvimos solo un ratito y me hubiese quedado más observando los patos, disfrutando de la tranquilidad y la paz que siempre me transmite contemplar el agua. En invierno nieva sobre el lago.
Después continuamos camino hacia Ifrane, la denominada Suiza Marroquí, pero eso forma parte del siguiente artículo.
Deseo haberte teletransportado al profundo Marruecos y que hayas pasado un ratito agradable de lectura.
Si quieres hacer algún comentario o aportación, será muy bienvenido.
¡Gracias y felices viajes!
NOTAS VIAJERAS
En Imichil nos hospedamos en el Hotel Restaurante Izlane (pinchar aquí)
Cada año son más los turistas que asisten a los tres días de celebraciones, en las que también se celebra un festival de música, baile, y un zoco donde se vende desde ganado a objetos de segunda mano. Las bodas se ven detrás de una valla custodiada por policías.
Vídeo de las bodas de Imilchil de Michele Bergamini, aunque habla en italiano se entiende perfectamente: (Pinchar aquí).
Encuentra tu hotel en Imilchil:
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2 comentarios
Felicidades para el articulo, muy exhaustivo y completo…gracias para compartir mi video de las bodas.
Un fuerte abrazo desde Italia donde estoy para Navidad.
Mi canal YouTube
youtube.com/c/michelebergamini
Autor
¡De nada Michele!
Y gracias a ti también por tu buen trabajo, ¡Tu vídeo, me encanto!
Felices fiestas y prospero año nuevo 2019, cargado de felices viajes
Un cordial saludo desde la Comunidad Valenciana, España