Podría decir que lo que me llevó a visitar Rumanía fue conocer Transilvania y el famoso castillo de Bran, el castillo en el que se inspiró la novela del Conde Drácula, que de hecho influyó… pero la verdadera razón fue que el billete de avión de la compañía aérea Wizzair desde Valencia costaba tan sólo 13 € por trayecto con bolsa de mano, eso sí, sin posibilidad de elegir asiento, a menos que se pagase el suplemento adicional de 9€ por cada trayecto.
Como quería llevar una maleta de cabina con ruedas conmigo e ir más ligera, sin recargar mi espalda, pasaba a la categoría de prioritaria. El vuelo completo ida y vuelta subió a los 63,98 €.

Aeropuerto de Manises, Valencia y dirección a Bucarest
Como era de esperar el avión salió con media hora de retraso, sobre las 11:30 de la mañana, debido a las interminables colas y controles que se han cuatriplicado gracias al Covid, pero bueno… es lo que nos toca vivir a todas aquellas personas que viajamos.
El vuelo fue de más de tres horas y media, se me hizo un poco largo en los incomodos asientos del avión. Menos mal que me senté al lado de la ventanilla y pude disfrutar del paisaje que amenizó bastante el trayecto de ida. La tripulación fue muy amable y tuve suerte con la persona que se sentó a mi lado en el avión.

Llegando a Bucarest
Aterrizamos sobre las 15.30 de la tarde hora local, y sólo un cuarto de hora más tarde de lo previsto, recuperó 15 minutos de los treinta del retraso.
Una vez ya en la terminal, me llamó la atención que nadie pudiera ir al baño, porque estaban todos cerrados y vallados.

Aterrizaje en el aeropuerto de Bucarest
Nuevamente todos al montoncito en el recorrido perimetrado para hacer más colas de control… las de temperatura, las del pasaporte Covid…. Tras pasar a un nuevo edificio otro control policial, nueva cola en Migración donde volvieron a ver el pasaporte Covid de vacunación, la declaración jurada de entrada a Rumania (PLF). El PLF es el formulario digital de entrada y localización de pasajeros, que ha sido adoptado por 18 estados miembros de la Unión Europea.
Y después el último control policial. Tras pasar un buen rato de colas interminables… finalmente pude ir al baño, eso si, tras otro ratito de cola. Al fin pude salir a la calle, donde pude quitarme la dichosa mascarilla y respirar el aire fresco de la calle tras cuatro horas y pico con ella puesta.

En el Aeropuerto de Bucarest
Completada la primera etapa me quedaba la segunda… Al llegar al aeropuerto nos esperaba un minibús de la empresa de transfer M&M Express que realiza el trayecto directo desde el aeropuerto de Bucarest hasta Brasov y te deja en el alojamiento donde te hospedes.
Para mi sorpresa pude ir a comprar agua y zumos en un Carrefour que hay en el mismo aeropuerto.
Después de hacer las fotos desde fuera del aeropuerto… las típicas fotos de recuerdo, postureo de «por fin llegué» y llamar a Jose para decirle que todo había ido bien, y en un rato salíamos con el transfer hacia Brasov.
El trayecto dura aproximadamente de dos horas y media a tres horas. Costó un poco más porque al ser un puente y un sábado por la tarde había mucho tráfico. A mitad trayecto hicimos una parada para ir al baño, estirar las piernas y comer algo. Un poco antes empezó a nevar y me hizo mucha ilusión porque nunca había visto nevar así, con esa intensidad. Si había visto caer copitos de nieve, pero nada que ver con la que caía. Lo sorprendente es que a pesar de ello con algo de abrigo no se pasaba frio, a pesar de estar a varios grados bajo cero.
En este viaje iba a pasar una semana en Rumanía, de las cuales la mitad las iba a pasar en el corazón del país, en la mítica Transilvania, haciendo tres noches en la bonita ciudad de Brasov como base, y desde allí poder visitar Sinaia, donde están los Castillos de Peles y el Castillo de Pelișor, y a la mañana siguiente ir al Castillo Bran hasta el más famoso de todos los castillos de Rumanía: el de Vlad Țepeș el Empalador, o mal llamado del Conde Drácula, ya que este personaje sirvió de inspiración al escritor irlandés Bram Stoker.

El Castillo de Bran, Transilvania. Rumania
Lo cierto es que el Castillo de Bran no fue la vivienda de Vlad Țepeș, pero una vez creado el mito… poco parece que a la gente le importe la verdad y nadie quiere perderse la oportunidad de visitar el castillo.
Es más, para los rumanos Vlad Țepeș es un héroe nacional, ya que luchó ferozmente contra la invasión de los otomanos.
Por fin llegué a Brasov, aunque ya de noche
Cuando llegamos a Brasov ya hacía horas que se había hecho de noche, me dejó en la puerta de Casa Terezia. Estaba todo blanco, estaba nevando y la verdad es que me encantó ver caer los copos de nieve.

Brasov, Transilvania
En este viaje hubo muchas primera veces, fue la primera vez que hacia un viaje sin Jose después de más de 16 años, lo que no impidió que pudiéramos compartir algunos momentos en bonitos lugares de Rumanía gracias a la tecnología de las videollamadas, que hacen que la distancia sea mucho más corta, aunque no es lo mismo, es lo más parecido al haber estado juntos.
¡Que maravilloso es poder estar conectada a los seres queridos y disfrutar junto ellos!
También me regaló la experiencia de unas temperaturas tan bajas. Fue un domingo de puente festivo y se notaba en el ambiente amenizado con las familias y grupos de amigos. Con unas temperaturas de vértigo de hasta -18 grados centígrados, con mucha nieve el día que visite los palacios de Sinaia. A pesar de esas temperaturas no pasé frio, he tenido más sensación de frío en Valencia porque allí es mucho más húmedo.
Tras dejar mis cosas y saludar a la dueña, salí a estirar las piernas y de paso tomar un primer contacto con la bonita ciudad de Brasov. Después de un día larguísimo de viaje, no me apetecía cenar en ningún bar o restaurante. Compre unas cuantas cosas del super para cenar algo ligero en Casa Terezia y me acosté muy pronto, porque al día siguiente había que madrugar mucho para poder estar a primera hora de la mañana en la estación de tren de Brasov, dirección a Sinaia, donde visitaría el castillo de Peles y el de Pelișor, pero eso ya te lo cuento en el siguiente artículo.

En la bonita plaza de Brasov, Rumania
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Me aloje en el casco histórico, en Casa Terezia donde el trato que nos dió la dueña fue muy bueno. Dirección: Str. Nicolae Balcescu nr 25. 500019 Brasov. Teléfono: +40 742 488 739.
En la empresa de transfer en la que fuimos a Brasov fue M&M Transferairport
Durante toda la estancia en Rumanía, en las distancia cortas usé los servicios de Bolt, utilizando su aplicación Bolt Technology
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