Pasada media hora del horario de salida por fin salió el chicken-bus de Granada con dirección a Rivas, como ya es habitual al bus subieron bastantes vendedores ambulantes de comida y bebida. Nosotros llevábamos las provisiones que compramos en Granada y también un par de bocadillos para cenar, por si llegábamos con el tiempo justo para la excursión a la playa La Flor. ¡Nunca se sabe si va a haber un imprevisto!
Casi cuando estábamos a punto de llegar a Rivas, se averió el autobús. Al estar parados el «aire acondicionado» dejó de funcionar (el aire refrescante que entraba por la ventana…) y el calor era insoportable.
Estuvimos parados algo más de veinte minutos, tanto el conductor como los dos ayudantes se les veía ocupados bajo el capó, de vez en cuando subían y bajaban por herramienta. Entre los pasajeros la expectación sobre la avería era máxima, y muchos ya habían bajado del autobús.
Los únicos que estábamos nerviosos éramos nosotros, los demás parecían tranquilos. Pasado el rato que se nos hizo eterno, por fin el autobús arrancó, subieron de nuevo todos y seguimos camino hacia Rivas.
Aunque en teoría teníamos tiempo de sobra, nos estábamos empezando a poner nerviosos, pues teníamos que coger otro autobús en Rivas para ir hasta San Juan del Sur y estar en el Casa Oro antes de las 19 horas para confirmar nuestra asistencia a la excursión nocturna para ver desovar las tortugas en la playa de La Flor (te lo cuento en el siguiente artículo).
Finalmente una vez en Rivas, lo que hicimos fue coger un coche particular que hacía los servicios de «taxi» junto con dos turistas más, un australiano y una inglesa. Llegamos muy justos de tiempo, pero llegamos a San Juan del Sur.
San Juan del Sur tiene unas de las mejores playas para hacer surf. Es como tantas ciudades costeras con multitud de servicios mayoritariamente para fiesteros, muchos surfistas y mochileros.
Las tiendas, los bares, discotecas, albergues y pensiones cierran a altas horas de la madrugada y lo peor es que casi todo está en inglés, cuesta creer que se está en un país donde se habla español…
El Hotel Casa Oro es un hostel, lógico que su clientela saliera después del atardecer, cuando ya no se podía surfear y después de una larga siesta, para poder seguir hasta la madrugada.
En la recepción de Casa Oro pagamos la excursión que nos pareció cara y nos dijeron que en una hora habría una reunión informativa a la que debíamos asistir con puntualidad. Así que nos fuimos a nuestro hotel a cambiarnos de ropa.
Ya refrescados y bien perfumados, salimos con los chubasqueros y los bocadillos que compramos en Granada (la cena), asistimos a la reunión en Casa Oro.
Yo estaba que no cabía en el cuerpo, pues iba a hacer realidad otro de mis sueños, ¡iba a ver desovar a las tortugas! ¡de verdad de la buena! ¡al natural y no en un documental! Como llegamos pronto, nos comimos los bocadillos en una mesa del albergue, y por fin se hizo la hora de la reunión…
No nos gustan las excursiones hechas para turistas, huimos si podemos de ellas. En parte porque se suele salir tarde y se pasa poco tiempo en la actividad. Y además están masificadas, ya se encargan de llenarlas. No se disfruta igual si te empujan constantemente y dispones de poco tiempo.
La impresión no fue muy buena. Por nuestra propia experiencia y con pocas excepciones, preferimos l@s guías y agencias locales pequeñas, porque aparte de cuidarte te transmiten el amor por lo suyo, contagiando el entusiasmo en la actividad. Pero ya era muy tarde para buscar otras opciones.
En la reunión pusieron un documental que hablaba del peligro de extinción por el contrabando indiscriminado de huevos para la comercialización. Nos dijeron que los huevos de tortuga no tenían esas supuestas propiedades vigorizantes, que al hombre no daban más potencia sexual, ni más longevidad, ni fuerza, etc.
También nos informaron de que vendían camisetas, llaveros, peluches, etc, y parte del precio estaba destinado a la ayuda para la conservación de su refugio.
Hicieron mucho hincapié en que no comiéramos huevos de tortuga ofertados por multitud de restaurantes. Puesto que tenían que pasar muchos años para que una tortuga alcanzase la madurez y desovase una vez al año, y que aunque pusiera muchos huevos muy pocas tortuguitas llegarían a adultas. El tráfico de huevos estaba empeorándolo mucho, tanto que muchas tortugas están en peligro de extinción.
Deseo haberte hecho pasar un rato agradable de lectura y que continúes leyendo el siguiente articulo: Desove de tortugas. Si quieres comentar o hacer alguna aportación, será muy bienvenida.
¡Gracias y felices viajes!
NOTAS VIAJERAS
- Las pocas veces que utilizamos taxis en Nicaragua eran comunitarios. Los taxis van recogiendo gente y dejándola por el camino. Las personas que lo paraban le indicaban al taxista su destino, y si se ajustaba al itinerario que llevábamos todos, nos apretábamos y subía.
- Al principio daba un poco de miedo, pues habíamos leído en más de un diario que les habían atracado en un taxi, pero en todo el tiempo que estuvimos en Nicaragua en ningún momento sentimos miedo o incomodidad.
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