El trayecto hasta la frontera nicaragüense me pareció más rápido. Nos hicieron bajar con nuestro equipaje, una vez pasado el control subimos de nuevo al autobús y ya en la frontera salvadoreña los empleados del bus recogieron todos los pasaportes y nos dijeron que nos esperáramos arriba.
Sólo estuvimos media hora esperando mientras la policía registraba todo el autobús en busca de drogas, después subieron dos policías armados y nos fueron devolviendo uno a uno a todas las personas los pasaportes.
Finalizados los tramites continuamos camino por la carretera Panamericana, la principal vía de entrada hacia los Estados Unidos.
Desde la ventana del bus observábamos como absolutamente todos los negocios estaban custodiados por guardias armados con «escopetas», la verdad es que daba algo de miedo, pero cuando llevas un tiempo te acostumbras, es muy disuasorio…
Llegamos completamente de noche a San Salvador. y para llegar hasta nuestro hotel hicimos que nos pidieran un taxi en la recepción de la estación de autobuses y no salimos a la calle hasta que llegó.
Tomamos el taxi más que nada porque es más seguro, ya era de noche, y San Salvador por la noche puede ser muy peligrosa.
De camino al Hotel Villa Florencia Centro para nuestro asombro el taxista iba saltándose los semáforos en rojo: hacía un «ceda el paso» y no se detenía.
El Hotel Villa Florencia en San Salvador. Se nos pusieron de corbatita y no entendíamos nada.
El taxista se dio cuenta de que estábamos incómodos, mientras teníamos con el una conversación trivial él nos hablaba con normalidad, al ver que nuestra incomodidad subía por momentos… nos dijo que por la noche era muy peligroso detenerse porque podías ser asaltado; de hecho nos contó que a su hermano le habían robado el coche en una parada de semáforo unos meses antes.
Al llegar al hotel tuvimos que atravesar dos puertas enrejadas y cerradas bajo llave para llegar a la recepción, era como si entráramos a una cárcel. De allí a la habitación y a dormir, al día siguiente nos esperaba una de las visitas que más ilusión me hacía: el Patrimonio de la Humanidad de Joya de Cerén, la llamada “La Pompeya Maya”.
El hotel por dentro es muy bonito, la típica casa colonial ajardinada y esta muy cerca de la estación de autobuses.
Deseo haberte hecho pasar un rato agradable de lectura y si quiere que continúes leyendo el siguiente articulo donde visitamos Joya de Cerén «La Pompeya Maya» Patrimonio de la Humanidad. Me encantó.
Si quieres comentar o hacer alguna aportación, será muy bienvenida.
¡Gracias y felices viajes!
NOTAS VIAJERAS
- La moneda en El Salvador es el dolar americano.
- La compañía mexicana King Quality ofrece un buen servicio de autobuses entre México y todas las ciudades de Centroamérica.
- La ciudad por la noche puede ser muy peligrosa, pero por el día en ningún momento sentí miedo, todo lo contrario, me sentí muy cuidada por las salvadoreñas. Como en cualquier gran ciudad grande que no se conoce, la mejor compañía es el sentido común.
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