Visitar Joya de Cerén, El Salvador

Se nos pegaron algo las sabanas, pero no demasiado. Después de desayunar y ya a la luz del día nos atrevimos a caminar hasta una gran avenida, desde allí, tomamos un taxi para ir hasta la Estación de Autobuses de Occidente (según recomendación de una viajer@, para un turista no es nada recomendable ir a pié por la ciudad) y desde allí el bus interurbano a Opico que nos dejó en la puerta del Parque  Patrimonio de la Humanidad.

El taxi que nos llevo a la estación de autobuses del Salvador.

El taxi que nos llevó a la estación de autobuses de San Salvador.

Nos llamó la atención la amabilidad y la belleza de las salvadoreñas, lo arreglados y coquetos que iban ellos, pero sobre todo el buen trato que nos dieron todas las personas con las que coincidimos: me regañó más de una amable señora porque estaba mostrando demasiado la cámara en lugares poco seguros…, yo iba haciendo fotos a todo aquello que me llamaba la atención, sin discriminación…

El bus que nos llevo a Joya de Cerén.

El minibús que nos llevó a Joya de Cerén.

Después de tanta insistencia de los lugareños de que guardara la cámara y de Jose que me decía que hiciera caso a las personas locales, guardé mi cámara a regañadientes hasta llegar a Joya de Cerén.

Tenía muchas ganas de ver las ruinas, estaba muy contenta e inquieta, hasta el extremo de contagiar a Jose. ¡Me entusiasmaba la idea de ir a visitar unas ruinas tan poco conocidas!¡Cuanto apenas encontré información, o sea, que muy conocidas desde luego no son!

¡Ya habíamos estado en la Pompeya romana, y ahora nos tocaba la maya! 

Después de ver el cartel anunciando que Joya de Cerén estaba a 100 metros, ¡La emoción me impidió seguir sentada!

Después de ver el cartel anunciando que Joya de Cerén estaba a 100 metros ¡la emoción me impidió seguir sentada!

Se le llama la Pompeya maya porque ocurrió el mismo fenómeno: gracias a las cenizas del volcán que compactaron toda la ciudad, ha llegado hasta nuestros días intacta. Lo que le valió ser Patrimonio de la Humanidad es que es la única aldea maya que se conserva.

Un poco de historia

El sitio fue descubierto por casualidad en 1976 cuando una empresa constructora estaba removiendo la tierra. Después, gracias a la técnica del sondeo por radar se supo la extensión y configuración de todo el poblado.

Sobre la civilización maya se conocían hasta entonces muchos de los detalles de la vida en los templos ceremoniales, de sus juegos, de la forma de vivir de las realezas y de comerciantes ricos, etc, pero se sabía más bien poco, de cómo viva el pueblo llano.

Tras una erupción del volcán Laguna Caldera aproximadamente en el año 600, a las 21 horas al igual que Pompeya, Joya de Cerén quedó completamente sepultada bajo más de cinco metros de cenizas, y gracias a ellas, a las cenizas, el poblado se conservó.

Como consecuencia del descubrimiento de estas ruinas, se ha sabido como vivía el pueblo maya, y que estaba mucho más avanzado de lo que se creía.

En el museo de Joya de Cerén

En el museo de Joya de Cerén

Este hallazgo es muy importante, porque gracias a él, se ha cambiado lo que se creía sobre el pueblo maya y de hecho, han tenido que rectificar los libros de historia.

El parque arqueológico de Joya de Cerén es de un valor incalculable, ya que es un poblado maya de artesanos y agricultores. Su descubrimiento fue un gran avance, dado que se pudo saber lo que comían y cosechaban, y que por aquel entonces los agricultores ya utilizaban técnicas de riego, y que después del duro trabajo en el campo, se relajaban en la sauna.

Sauna de Joya de Cerén

Sauna de Joya de Cerén (al fondo a la derecha).

Se encontraron cuchillos de obsidiana, piedras de moler, ollas colgadas del techo con comida y restos de la cena de aquel día, muchos de ellos expuestos en el museo.

El ratoncito encontrado

El ratoncito encontrado

A diferencia de Pompeya, no se han encontrado cadáveres humanos, parece ser que los habitantes del poblado pudieron huir a tiempo y resguardarse.

Recordar que en toda Centroamérica hay volcanes muy activos, probablemente por ello sabían perfectamente lo que ocurriría si se quedaban, no se creyeron inmortales.

Sólo se han encontrado los huesos de un pato que estaba atado y el de un ratoncito que se quedó atrapado, ambos expuestos en el museo.

Cartel informativo de Joya de Cerén.

Cartel informativo de Joya de Cerén.

La visita a Joya de Cerén

El parque está dividido en dos partes: el museo y las ruinas. En la entrada va incluido el guía tanto en el museo como en el recorrido por las ruina (los guías aceptan donativos).

Al poco de entrar, la amable guía nos indicó que nos esperáramos un poco,  ya que estaba entonces con una visita en el museo y, si no nos importaba, podíamos hacer la visita al revés: primero la ruinas con el grupo que estaba dentro del museo y después el museo.

Cuando el grupo salió del museo, la guía nos indicó que nos uniéramos al grupo para ver las ruinas.

Panorámica y en primer plano se ve los surcos del huerto, donde los arqueólogos encontraron restos de la cosecha.

Panorámica y en primer plano se ve los surcos del huerto, donde los arqueólogos encontraron restos de la cosecha.

Las ruinas eran más pequeñas de lo que me esperaba, pero no nos defraudaron. Desde luego ayudaron mucho las explicaciones de los guías, gracias a los cuales nos hicimos una buena idea del modo de vida del pueblo, que no es muy diferente a la vida rural actual.

Los muros de adobe armados en las viviendas, con una malla interna de caña

Los muros de adobe armados en las viviendas, con una malla interna de cañas.

Sólo permanece abierta y expuesta una pequeña parte de las ruinas, el resto está a la espera de encontrar o descubrir técnicas más baratas de conservación, aunque más bien, lo que falta es inversión.

Según nos estuvo explicando el guía, el mayor peligro en la conservación es la fauna, pájaros, roedores, serpientes, etc.,  que puede construir sus nidos y madrigueras dañando el hallazgo. Jose y yo eramos muy conscientes de lo privilegiados que fuimos al estar viendo un pedacito de historia maya. ¡Estábamos en el lugar que hizo saber cómo vivían los mayas!

Casa de la Hechicera de Joya de Cerén

Casa de la Hechicera, la malla interna de caña es la misma técnica que se utiliza en los muros de hormigón armado.

Además de poder contemplar huertos, casas con sus adornos, saunas, etc., puede observarse cómo era la construcción de los muros de adobe armado en las viviendas (con una malla interna de caña), que es la misma técnica que se usa actualmente para construir los muros de hormigón armado…

También el techo de las viviendas se cubría e impermeabilizaba contra la lluvia, tal y como vimos en una de las vitrinas del museo. Estos hallazgos fueron todo un gran descubrimiento, porque se demostró que el modo de vida del pueblo maya estaba mucho más avanzado de lo que se creía.

Museo de Joya de Cerén, vitrina con cerámica maya.

Vitrina con cerámica maya.

Museo de Joya de Cerén

En la entrada a Joya de Cerén se incluye el museo, que no es muy grande y se puede ver rápido.

La visita al museo es también guiada, en nuestro caso fue también un salvadoreño, que acompañaba a un grupo de turistas colombianos de viaje por Centroamérica. En sus explicaciones puso tanta pasión y entusiasmo que salimos tod@s con la sensación de ser unos privilegiados por poder visitar Joya de Cerén, y en verdad así fue.

Terminadas las muy interesantes explicaciones, después nos quedamos un rato leyendo los carteles explicativos y contemplando vitrinas y paneles.

Vajilla de la época maya.

Vajilla de la época maya.

Después de la visita al museo el guía nos invitó a acompañarlo en las ruinas, y lo hicimos encantados. Así que las visitamos de nuevo, y tal y como pasó en el museo, su entusiasmo fue muy contagioso.

Visitar Joya de Cerén

Más contenta que unas castañuelas por haber hecho realidad mi sueño de visitar Joya de Cerén.

Tuvimos la gran suerte de visitar las ruinas dos veces, la primera con la guía oficial del sitio arqueológico, y después con otro guía.

Como cada uno de ellos se centró en aspectos diferentes de las ruinas, nos sentimos muy afortunados. ¡Disfruté doblemente de la visita!

El bus que nos llevo a El Salvador

El bus que nos llevo a El Salvador

Terminada la visita, nuevamente cogimos el autobús inter-urbano hasta la estación de autobuses de San Salvador, después taxi al hotel, y de allí con nuestro equipaje hasta la estación internacional de King Quality para continuar nuestro camino hacia Guatemala, despidiéndonos de un país que aunque inseguro, nos sorprendió por la gran simpatía y amabilidad de sus gentes.

Deseo haberte hecho pasar un rato agradable de lectura y haberte divertido. Si quieres hacer algún comentario o aportación, sera bienvenido.

¡Gracias y felices viajes!

NOTAS VIAJERAS

  • Quisiera animar a que se visite El Salvador, es un país muy bonito y fascinante, con precaución se puede ir sin problemas tranquilamente… y prueba de ello es que nos cruzamos con varias parejas de felices jubilados que viajaban solos.
  • Nos hospedamos en el Hotel Villa Florencia Centro, muy recomendable. Las habitaciones son pequeñas, estaba muy limpio y el conserje muy amable. Facilitan información.

 

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2 comentarios

  1. Somos argentinos, hicimos en forma particular nuestra visita a El Salvador, nos resultó apasionante. Nos cuidamos según nos indicaron y no tuvimos ningún inconveniente. Volveríamos. Para destacar la amabilidad de su gente. (año 2018)

    1. Muchas gracias Miriam por compartir tu experiencia y coincido contigo con la habilidad de sus gentes.
      Yo me sentí muy cuidada sobre todo por las mujeres. Nosotros también volveríamos una y mil veces.

      Un cordial saludo y felices viajes

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