Dirección a La Antigua

De Panajachel a La Antigua hay un trayecto de 85 km, un poco más de dos horas. Al llegar a La Antigua el conductor nos dijo que nos dejaría los últimos. ¡Menos mal que fue así! ya que cuando llegamos a la Escuela de Español La Unión estaba cerrado a cal y canto, no había nadie. Se suponía que teníamos la reserva hecha hacía varios meses y nos estarían esperando…. y para colmo por segunda vez, nos volvía a recibir esta ciudad con lluvia.

El amable conductor hizo como cuatro o cinco llamadas sin éxito para localizar al propietario y explicar la situación, por lo que finalmente nos resignamos a tener que buscar un nuevo hotel un domingo por la noche, lloviendo, y sin cenar…

Las calle de La antigua.

Las calle de La antigua.

Fuimos a tres pensiones que le fueron recomendadas al conductor por teléfono, pero no les quedaban plazas.

La situación era muy molesta ya que el conductor había cumplido su parte y nos sentíamos muy incómodos, pensábamos que como era muy natural, el conductor querría descansar. Pero él nos repetía constantemente que, con la lluvia que caía y con todo el equipaje, no nos iba a dejar hasta que no estuviéramos alojados. Nuevamente quedó patente la amabilidad de los guatemaltec@s.

Señal de trafico en Guatemala.

Señal de trafico en Guatemala.

Finalmente encontramos habitación en un hotel y ya teníamos prácticamente decidido quedarnos allí, pero antes quise ver la habitación. Con un hotel cucarachero ya había tenido bastante días atrás… antes de decir que sí, queríamos verlo. Sólo nos dejaron pasar a uno, así que fui yo a ver la habitación.

Casi tuve que escurrirme para atravesar la puerta del hotel por lo poco que la abrió el señor, después de cerrarla llegó a otra puerta enrejada que abrió y cerró con llave tras de mí, pasamos por un pasillo ajardinado, y la sensación no era muy agradable.

Tras otra puerta enrejada, que también abrió y cerró con el enorme mazo de llaves que estaba sujeto a una larga cadena enganchada a su cinturón. Aquello empezaba a tomar un cariz de película de terror, pero yo respiré hondo y mantuve la calma…

Después de un amplio salón lleno de puertas numeradas, continuamos caminando hasta llegar a otra puerta enrejada, que nuevamente abrió y cerró, y por fin, la habitación. En ningún momento del recorrido escuché a nadie ni nos cruzamos con alguna persona, algo que era un poco inquietante.

La habitación era bonita, pero el lugar no me gustaba nada, y cuando me dijo el precio: ¡80 $ por aquella cárcel!, aun menos. Le dije que me parecía cara, a lo que me contestó que tenía que consultar una posible rebaja.

De nuevo más pasillos cerrados a llave con rejas, hasta que llegamos ante una puerta de acceso que se veía al fondo tras dos nuevas rejas (que imagino que también estarían cerradas con llave). La oscuridad aun lo hacía más tétrico si cabía. El hombre llamó a un timbre de otra puerta enrejada.

Al poco se encendió la luz y se iluminó una habitación que parecía un despacho, segundos después apareció un perro de presa, y tras él, el gerente que abrió la enrejada con una llave suya. Me invitó a entrar, y la volvió a cerrar con llave. En la habitación cerrada estábamos, el perro, el empleado y un señor mayor que parecía el dueño, la situación perfectamente podría ser de uno de los relato de Franz Kafkde. ¡Era lo más parecido a una cárcel de alta seguridad!

Yo ya empezaba a estar muy inquieta y quería irme. Sólo me rebajó 10$, de todos modos yo ya tenía muy claro que ahí no íbamos a dormir, ¡ni loca!

Le dí las gracias y le dije que no nos interesaba. De nuevo, toda la procesión de puertas que se iban abriendo y cerrando con llave tras de mí, eso si yo caminaba a toda velocidad, más aprisa que el conserje.

Plano de La Antigua

Plano de La Antigua

Cuando regresé con Jose y el conductor, les conté lo sucedido. Jose se quedó alucinado y el conductor nos dijo que ese hotel estaba muy anticuado y que en Antigua no hacía falta tener tanta seguridad, ya se encargaban las autoridades locales y la ciudad era muy tranquila.

Cuando ya estábamos un poco nerviosos porque no sabíamos dónde íbamos a dormir, y además seguía lloviendo, el conductor recibió una llamada y nos llevó a alojarnos en la casa donde vivían la suegra y la cuñada del gerente de la escuela de español La Unión. A esas alturas ya estábamos viéndonos durmiendo en la calle, como solemos decir en Valencia aunque no se sea muy creyente….S’ens aparegué la Mare de Deu, en castellano ¡Se nos apareció la Virgen!

Los familiares de la Escuela se disculparon como unas ciento cincuenta veces, a pesar de que el error no había sido de ellas si no de la mala gestión del gerente, y nos ofrecieron una habitación que se apresuraron a preparar y cambiar las sabanas.

Después de descargar el equipaje en la habitación le dimos mil gracias al paciente conductor y nos fuimos bajo la incesante lluvia a cenar a un «Pollo Ranchero» (el KFC centroamericano) que encontramos todavía abierto a esas horas. Finalmente nos fuimos a dormir y caímos rendidos, al día siguiente nos esperaba una de las ciudades coloniales más bonitas: La Antigua.

 

Deseo haberte hecho pasar un rato agradable de lectura y que me acompañes en es siguiente articulo, hasta el bonita ciudad colonial de La Antigua.

Si quieres comentar o hacer alguna aportación, será muy bienvenida.

¡Gracias y felices viajes!

 

NOTAS VIAJERAS

  • Hoy sabiendo lo que se, unos días antes mandaría un correo para confirmar las reservas… La verdad es que tuvimos suerte, porque por muy turística que sea La Antigua, un domingo por la noche es complicado alojarse.

 

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