Sobre la Colina de Wawel en Cracovia se erige el Castillo Real, residencia de la realeza polaca durante siglos. Hoy es un gran museo de visita recomendable.
Cerca de la Plaza del Mercado, al sur del Casco Antiguo está la Colina de Wawel. La colina es una roca caliza de 25 metros de altura sobre el nivel del río Vístula. Su ubicación natural hizo el lugar idóneo para alzar el Castillo Real que se remonta al año 1000.
Tras subir la empinada colina se observa en el muro de contención 778 tablillas con los nombres de las personas que donaron dinero para su restauración. Esta es una muestra más de las que vimos en Gdansk, de cómo el pueblo polaco cuida y protege su patrimonio.
Se llega primero a la Catedral de Wawel (contigua al castillo) donde están los sepulcros de muchos de los reyes de Polonia, héroes nacionales y personalidades de la época del romanticismo. Y además, aquí es donde se celebraron las coronaciones de los reyes polacos, incluso después de que Varsovia fuera la capital de Polonia.
La historia de Wawel
En la colina se han encontrado restos del Paleolítico, que demuestran que estuvo habitada desde la antigüedad. La visita a Cracovia no sería completa sin el castillo y la catedral de Wawel. Para los cracovianos es el símbolo de su pasado soberano, en el que Cracovia fue la capital de Polonia.
Wawel fue la residencia de reyes polacos desde el siglo XI hasta el siglo XVII, cuando Varsovia pasó a ser la capital de Polonia. Aquí, en la colina de Wawel, se tomaron decisiones que determinaron las sucesivas etapas en el de desarrollo de Polonia. Wawel continuó siendo el símbolo del estado Polaco, incluso en los periodos de tiempo en los que se repartieron a Polonia desapareciendo como un país independiente.
El interior de la catedral no es barrococó, es lo siguiente…. La catedral sufrió la misma suerte que el castillo, incluso llegó a estar cerrada al culto durante la invasión prusiana en la que se utilizó el castillo como residencia general. Dentro de la catedral hay salas en las que se paga entrada para verlas.
Visitar la colina de Wawel
¡Es imposible hacer fotos del interior!
Se visita a través de unos pasillos delimitados y custodiados por alegres y sonrientes vigilantes muy jóvenes, vestidos con ropa similar a la de los peregrinos del Camino de Santiago durante la Edad Media, que amablemente me indicaron que no saliera de la zona acornada.
La Catedral está abierta al culto y se nota por la devoción religiosa de los polacos y por la cantidad de liturgias que se celebran con lleno absoluto de personas de todas las edades. Cuando se ahonda un poco en la historia más reciente del pueblo polaco, se descubre que la Iglesia católica siempre estuvo con el pueblo, en la lucha contra el sometimiento de los Nazis y del Comunismo soviético, pagando un alto precio en algunas ocasiones.
La residencia real
A principios del siglo XI el Rey Boleslao I Chrobry construyó un palacio que convirtió en residencia real permanente. Desde entonces Wawel fue la residencia real, a excepción de tan solo dos reyes polacos, que residieron ocasionalmente. Tanto el palacio como la catedral fueron ampliadas en los diferentes reinados y progresivamente se convirtió en castillo.
Fue reconstruido tras el incendio de 1499 con un estilo renacentista por Segismundo I Stary (Zygmunt I Stary) que pasó parte de su juventud en Buda con su hermano Vladislav, el rey de Hungría y Bohemia, que tuvo trabajando en su corte a artesanos italianos pioneros del renacimiento, muy poco conocidos por entonces fuera de Florencia.
En 1595 hubo otro incendio, que afectó a la parte noreste y el Rey Segismundo III lo reconstruyó. Pocos años después Varsovia pasó a ser la capital (1609) y la colina de Wawel y su mantenimiento ya no eran prioritarios, a pesar de que las coronaciones reales eran en la catedral y los problemas de estado se discutían en Wawel.
Al deterioro de Wawel por la falta de mantenimiento, hay que sumarle las diferentes invasiones por la ocupación por los suecos, quienes lo saquearon y quemaron mobiliario de incalculable valor. Después fue invadido por los prusianos (alemanes) quienes derribaron edificios y realizaron su radical transformación. Mas tarde por los austriacos, que demolieron las murallas medievales. El castillo fue convertirlo en cuartel, hospital, barbacana, residencia etc., dependiendo de la necesidad del invasor del momento. Las construcciones de paredes de ladrillo macizo arruinaron gran parte de las fortificaciones góticas originales.
Del palacio renacentista del siglo XVI queda poco, aunque afortunadamente se ha conservado la estructura de tres pisos completos, con el patio porticado en tres lados. En el año 1795 Polonia sufriría un nuevo revés, fue repartida por tercera vez entre prusianos, austriacos y rusos.
En 1905, después de que Cracovia se incorporara a Polonia tras la Primera Guerra Mundial, se iniciaron los trabajos de restauración con el dinero recolectado por los polacos, hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. ¡Polonia no volvería a ser un Estado independiente hasta el año 1918!
El trabajo se reanudó después de la guerra recuperando una buena parte de forma externa del castillo y la decoración de interiores. Desde el patio se accede a las diferentes exposiciones del Castillo-Museo.
El Castillo Real de Wawel hoy es un museo
Su agitada historia de saqueos y espolio queda muy patente en la visita al castillo; las habitaciones están algo vacías, salvo por el artesonado de algunos techos y magníficos tapices; eso sí, sus paredes tienen una larga historia.
Los tickets se compran en la entrada y es algo lioso porque no hay un boleto conjunto, son independientes. Hay un esquema orientativo en las taquillas.
Los horarios tampoco son los mismos para todas las salas, si se desea ver todo hay que planificarlo e ir a primera hora de la mañana.
Antes de la visita ya sabíamos por otros turistas españoles que lo habían visitado, que los siglos de expolio habían hecho mella en el mobiliario del castillo, que es testigo de la agitada historia polaca, símbolo de orgullo y de la resistencia para su pueblo, especialmente para el cracoviano que luchó para su conservación y restauración.
Nosotros sólo visitamos dos salas porque íbamos justos de tiempo y deseábamos realizar una visita guiada por la Cracovia judía esa misma tarde. El tesoro ya había cerrado, tiene el horario más reducido, así que lo veremos en otra ocasión. No se permite entrar con mochilas, se pueden dejar en una sala del patio sin costo alguno al mostrar la entrada, no se pueden hacer fotos.
La primera sala que visitamos fue la de La dama del Armiño, de Leonardo da Vinci. El cuadro es un valor añadido en la visita al castillo. Está en la segunda planta, en una pequeña sala a la izquierda según se entra, comparte exposición en la misma planta con exposiciones temporales.
Después de una pequeña cola, tras unas cortinas tupidas en una sala poco iluminada, se expone un único cuadro: el cuadro de Leonardo da Vinci, custodiado por un vigilante, eso sí, se puede ver sin cristales, sólo tiene un cordón de seguridad que permite ver bien a la Dama, sin reflejos y además se puede permanecer el tiempo que se desee.
Los Apartamento privados y reales
Están en la primer planta, el mobiliario original no se conserva. Se puede apreciar la artesanía en los marcos de las ventanas y portales, el fino trabajo en la techumbre de algunas salas, tapices flamencos muy bonitos, y lo que más me llamó la atención: lo que parecía papel pintado… ¡resultó que eran placas de estaño trabajadas y pegadas a la pared de abajo a arriba! Lo se porque no pude evitar el tocarlo, con la consiguiente reprimenda de la vigilanta. Me llamaron la atención de forma simpática, le hizo gracia que me quedara maravillada con el supuesto papel pintado… Se hecha de menos una mejor iluminación en la mayoría de salas.
Después de la visita, nos fuimos hasta la Plaza del Mercado, el lugar de acogida para los turistas en las visitas guiadas, la nuestra era a las 17:30 horas, y de paso ver la Lonja de los Paños. Como llegamos con tiempo, pudimos verla por dentro, pues ya la habíamos visto por fuera.
NOTAS VIAJERAS
No se permite hacer fotos, ni en la catedral ni en los museos, y hay tanta vigilancia que es imposible intentarlo.
Página oficial de Wawel (pincha aquí)
Exposiciones del Castillo Real:
– Apartamentos Reales Privados (en la 1ª planta).
– Cámaras Reales (en la 2ª planta).
– Tesoro y Arsenal.
– Exposición Wawel Desaparecido.
– Exposición Arte Oriental.
– Caverna del Dragón.
– Ruta del Jardín Real.
Ya quisiera que ocurriera lo mismo en España, que peleáramos por nuestro Patrimonio Cultural, que al fin y al cabo es de todos, independientemente de la Comunidad Autónoma a la que pertenezca.
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