Nuestra primera mañana en Gdansk iba a estar centrada en una visita a la Catedral de Santa María, además de destacar por sus dimensiones llama la atención su construcción a base de ladrillos, y algunos secretos que guarda en su interior como el órgano y un reloj astronómico.
Poco después de gestionar las reservas en Polonia, actualizaron la información de la web turística y nuestros planes de visitar la ciudad de Gdansk y alrededores, se fueron al traste.
Se suponía que el horario de las visitas era amplio y estaban abiertos la mayoría de los museos los lunes. En octubre empezaba el horario de invierno, que reducía drásticamente a la mitad el horario de visitas, y además cerraban los lunes.
Desayunamos sin prisa, ya que al ser lunes los museos estaban cerrados. Nuestro plan era dar una vuelta por Gdansk: por la calle Mariacka, la misma donde teníamos en hotel, y poder ver sus famosas tiendas de artesanías con ámbar. Después ir hasta la puerta del final de la calle que termina en el muelle, y de allí ir a ver la Grúa medieval de madera, hacer algunas fotos de recuerdo y pasear por las calles del centro viendo las fachadas de sus palacios, hasta llegar a las bonitas puertas de entrada y salida de las calles Dlugi Targ, Dluga y Targ Weglowy. Antes del mediodía, ir a la Basílica Catedral de Santa María para ver el desfile del imponente reloj astronómico (al lado del hotel) y de allí, salir disparados hacia la Península de Hel para visitarla y ver la puesta de sol desde sus playas.
Una buena idea nada más llegar a una ciudad que no conoces es hacer un tour guiado, es un primer contacto que te ayudará a saber orientarte, conocer los lugares más interesantes para luego visitarlos con calma, además de recibir consejos sobre las costumbres locales, dónde se come bien y económico, horarios, etc. Te dejo a continuación un enlace mediante el que podrás reservar una visita guiada a pie por el centro, a través de él contribuyes al mantenimiento de mi blog y no tiene ningún coste adicional para ti:
La catedral de Gdansk
Casi sin darnos cuenta se nos pasó la mañana, y eran las 12 menos cuarto cuando nos tocó correr para llegar a la Basílica Catedral de Santa María. Me hacía mucha ilusión ver el reloj astronómico, a las 12 en punto se sucede un pequeño desfile de figuras sobre la esfera. ¡No había visto ninguno hasta el momento!.
La iglesia fue primero católica, después protestante y de nuevo católica.
Fue blanco del Ejército Rojo y de un incendio, que hundió el techo perdiéndose para siempre sus frescos, a excepción de una pequeña parte. Afortunadamente se ocultaron las obra de arte más importantes.
Al entrar la sensación es algo desangelada, lo expuesto parece poco, probablemente sea debido a sus enormes dimensiones: 30 capillas y 37 ventanas, aun así aconsejo su visita.
Se cobra entrada para poder acceder a la iglesia, y otra entrada aparte para poder subir a la torre ascendiendo 405 escalones. Tras cruzar la puerta, justo arriba está el órgano, y a ambos lados dos pequeñas puertas, una de subida y la otra de bajada para ver la panorámica desde lo alto de una de las torres de la iglesia.
Dicen que la catedral de Nuestra Señora (Kościół mariacki) es el mayor templo del mundo construido en ladrillo, también se la conoce como la corona de Gdansk, por que su silueta se divisa en el horizonte.
Tiene 105 de longitud, 66 de anchura y su torre mide 78 metros de altura. Esta reconstruida sobre una iglesia de madera anterior al año 1243. Se comenzó la edificación con ladrillo gótico en el año 1343, terminando 159 años después. Su planta es de cruz latina irregular.
El reloj astronómico
Cuando se hicieron las doce del mediodía y unos pocos segundos hicieron su aparición sobre el reloj astronómico los personajes bíblicos, al ritmo de un tintineo de campana producido por Adán y Eva (situados en la parte de más arriba).
Me dieron ganas de aplaudir, ¡era el primer reloj con animación que veía de esas dimensiones! Me controlé, por qué al fin y al cabo, estábamos en una iglesia y no era muy apropiado….
Subir a la torre de la catedral de Gdansk
Después de dar una pequeña vuelta por la gigantesca iglesia, decidimos subir a una de las torres para ver una fantástica panorámica Gdansk. Como disponíamos de suficiente tiempo, decidimos subir. La subida se ha de tomar con calma…¡Imposible subirla de un tirón! Salvo que se esté en muy buena forma.
El primer tramo se sube con facilidad, los escalones son anchos. Después se camina por una pasarela sobre las cúpulas del techo de la iglesia. Luego se entra en una estrecha escalera de caracol, aunque no llega a ser claustrofóbica.
Los siguientes tramos de subida son por escaleras más amplias que van rodeando la enorme torre por su interior, hasta llegar a las campanas, y luego dejándolas atrás al fondo.
Es increíble la sensación que se tiene de estar llegando al mismo cielo aunque apenas se puede ver el exterior, y apreciando el valor de la construcción de semejante obra de ingeniería.
Los escalones están numerados, lo que me dió sentimientos contradictorios, saber que había subido más de 410 escalones aumentaba mi dolor de rodillas pero por otra parte aumentaba nuestro entusiasmo al saber que casi habíamos llegado…
La vista panorámica desde lo alto de la torre no es de 360 grados, es parcial, pero aun así nos compensó la subida para disfrutar y fotografiar las vistas.
Finalmente, de allí nos fuimos a la estación de tren para ir a visitar Hel, ya que en esta época no funcionaba ya el barco para hacer el trayecto en menos tiempo…. pero aun así mereció la pena ir, pero eso en la siguiente entrada…
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NOTAS VIAJERAS
Llama la atención como los polacos cuidan y velan por su patrimonio. Las obras de arte de la catedral fueron guardadas por los ciudadanos de Gdansk durante la guerra para su protección, y después fueron devueltas.
Al lado izquierdo de la taquilla de venta de entradas para la torre, hay un cuadro que representa el Juicio Final, cuentan las crónicas que gracias a el muchas personas se convirtieron al catolicismo… por el miedo que provocaba en el pasado a lo que pudiera pasar después de la muerte.
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