Nos invitaron a ver el atardecer en el Teide desde el observatorio. La actividad la organizó Volcano Teide Experience. L@s que me siguen o me conocen saben que Jose es aficionado a la astronomía y que además, se le conoce en ese mundillo. ¡Era como un chiquillo con zapatos nuevos! Nos recogieron en autobús en Santa cruz de Tenerife y en el camino hicimos una única parada en un mirador. Durante todo el recorrido el guía de Volcano Teide, nos estuvo explicando algunas cosas de las que veíamos durante el trayecto, nos contó un poco de historia, algunas costumbres, la flora del camino, etc. Casi sin darnos cuenta nos pusimos en el observatorio.
Normalmente la actividad comienza en el teleférico, se sube y se inicia el camino hacia Pico Viejo, donde tan sólo hacia unas horas que había estado (ver aquí). La visita por el sendero es guiada, y después desde el mirador de Pico viejo, se contempla la puesta.
Como el teleférico estaba en mantenimiento, la actividad se hizo en el observatorio astronómico, incluyendo la visita guiada del mismo observatorio. Al estar más bajos el mar de nubes impresiona muchísimo más porque se ve mejor.
El Observatorio
Un guía de de Volcano Teide nos mostró el observatorio, un recorrido entre las torres de los telescopios solares, las cúpulas de los telescopios nocturnos, y diversas instalaciones astronómicas, incluyendo la visita al interior de la cúpula de un gran telescopio. Para leer todo sobre la visita al Observatorio del Teide ver aquí.
Cuando se hizo la hora de ver la puesta del Sol salimos hacia una parte alta al exterior, donde tenían preparadas algunas chaquetas polares para los que lo necesitaran. Caminamos unos pocos metros hasta una explanada, donde en una mesa teníamos vino espumoso canario de Altos de Trevejos, chocolate calentito y unos aperitivos.
Atardecer en el Teide, una experiencia inolvidable
A tan solo unos metros, en la otra parte de la cima estaba el mar de nubes. El viento era fuerte y helado, y a medida que iba oscureciendo hacia más y más frío.
Ver el mar de nubes fue una de las experiencias más bonitas de mi vida. He volado más de una vez sobre las nubes, pero estar allí viendo como los vientos alisios transformaban las nubes en un mar, con movimientos idénticos a las olas, es alucinante ¡Se mueven como un mar algo picado!
Al poco la luz empezó a cambiar el paisaje de color, adquiriendo tonalidades rojizas por la puesta, en pocos segundos se oscureció el cielo, el verdor de las plantas, y la intensa luz que reflejan las nubes se volvió anaranjada.
Después vino la tan esperada puesta de sol, que a nadie decepcionó. Fue muy divertido escuchar las exclamaciones de admiración y los fuertes aplausos al terminar la puesta, personas que aunque ya están viajadas y han visto muchas cosas en el mundo, no han contemplado una puesta tan extraordinaria como esta. ¡Era evidente por la gran ovación!
Aquí es cuando todos aplaudimos como locos, felices de haber vivido un momento tan único, de un atardecer muy diferente.
Una cena con gastronomía tradicional canaria
En las instalaciones del Teleférico, la cena diseñada por el chef del Restaurante MB, Erlantz Gorostiza, con dos estrellas Michelín y servida por Mag Cátering, tuvimos una cena cóctel: descubriendo los sabores típicos de Canarias, con productos típicos de Tenerife, con refrescos y vinos isleños, de esas que se cena de pie, hay pequeñas mesas altas repartidas por toda la sala y los camareros van pasando con bandejas e invitan a la conversación con todos los presentes, no solo con los de enfrente o a los lados.
En las mesas habían una productos típicos canarios con sabrosos quesos de cabra, frutos secos y pasteles hechos con carne, embutidos y con gofio, que es una especie de harina autóctona de las islas y que se ha exportado a hispanoamérica gracias a las comunidades de emigrantes canarios.
No podían faltar las papas y las salsas, incluida la de mojo-picón, que constantemente los camareros reponían. Llama la atención a los de la península lo pequeñas que son las papas, se cogen con un palillo o tenedor y se mojan en la salsa.
¡Es un bocadito delicioso!
Todos salimos llenos y encantados con la cena, no fue de esas de las que tienen que merendar más bien fuerte… No fue el tipo de cocina ultra-moderna, de las que te sirven en un plato enorme y en la mitad un poquito de comida y después de cenar… tienes que picotear y en el peor de los casos volver a cenar.
Después de cenar, nos subimos de nuevo en el autobús y fuimos a ver el espectáculo del cielo del Teide te sorprenderá.
Las estrellas desde el Teide en la excursión más exclusiva de Tenerife
En esta actividad, un guía de Starlight de forma muy amena y divertida, nos habló del cielo del Teide y de todo lo que se veía en el cielo ese momento… como la tierra va rotando, y dependiendo de la época del año en la que se visite, se pueden ver unas u otras constelaciones, planetas, etc. Y como colofón estuvimos observando el cielo con dos telescopios.
Además de contemplar la Vía Láctea, cuyo núcleo se puede ver más alto en Canarias, nos estuvieron enseñando con los telescopios algunos objetos que sólo se pueden ver desde estas latitudes pero no son observables desde la Península Ibérica.
La verdad es que el cielo era espectacular y se veían montones de estrellas a simple vista. El cielo estaba realmente oscuro, y Jose, que ya ha observado mucho con telescopios, aprovechó el momento para hacer varias fotografías nocturnas, alguna única como este tajinaste (planta endémica canaria) en primer plano con la Vía Láctea saliendo por el horizonte, una clásica imagen de fotografía nocturna desde Canarias.
¡Felices viajes!
NOTAS VIAJERAS
La actividad del atardecer y estrellas de Volcano Teide, es una experiencia que bien merece la pena comprarla, por que es eso: una gran experiencia y única que sólo se puede vivir allí.